Foto: Andina
La Sociedad Minera Cerro Verde inauguró ayer una planta concentradora de grandes dimensiones en su yacimiento de Arequipa. La obra, que utiliza tecnología de punta y que demandó una inversión de US$ 900 millones, permitirá extender en 20 años la vida útil de la mina. Además, convertirá a la empresa en una de las más grandes cupríferas del país, pues su porcentaje de participación en la producción nacional del metal rojo se acercará al 25%.
La citada obra es sólo la más reciente muestra de una serie de plantas que las empresas mineras vienen construyendo, con el objeto de optimizar sus procesos productivos, incrementar su producción y lograr mejores estándares ambientales.Southern Copper, por ejemplo, inauguró en octubre, con una inversión de US$ 563 millones, la modernización de su fundición de Ilo, gracias a la cual, además de mejorar su producción de cobre (que desde ahora llega a 300 mil toneladas), incrementará su producción de ácido sulfúrico hasta 1'150,000 toneladas y reducirá en un 92% sus emisiones contaminantes, en virtud de la mayor captura de sulfuros que esta nueva tecnología le permitirá. Sin duda, un enorme paso en materia ambiental.
La empresa también ha anunciado una inversión multimillonaria para la construcción de una planta de SX/EW para su nuevo proyecto de Tía María, así como para la expansión de sus concentradoras de Toquepala y Cuajone. Todo ello le permitirá incrementar en 270 mil toneladas (39%) su producción de cobre hacia el año 2011.
Foto: Andina
Por su parte, Votorantim Metals, dueña de la refinería de zinc de Cajamarquilla (foto superior), que acaba de invertir US$ 100 millones en una primera ampliación de dicha planta, invertirá US$ 400 millones más, lo que le permitirá duplicar su producción de concentrados, de 160 mil a 320 mil toneladas, en el 2009.De otro lado, la empresa Doe Run viene construyendo en su sede de La Oroya una segunda planta de ácido sulfúrico. La obra, que corresponde a su denominado circuito del plomo, estará lista en setiembre del 2008, y demandará una inversión de US$ 29 millones. Poco tiempo después, construirá una tercera, dentro de su circuito del cobre, la misma que será concluida en el año 2009. La primera, del circuito del zinc, está operativa desde el 2006.
Cuando la empresa tenga en operación las tres plantas, habrá logrado eliminar la mayor parte de sus emisiones de dióxido de azufre y otros gases contaminantes, permitiendo a La Oroya alcanzar, por fin, niveles de calidad ambiental a la altura de lo permisible. Ello habrá implicado, además, una inversión superior a los US$ 240 millones.
Resulta grato comprobar que las inversiones de la minería no se limitan a la explotación de nuevos yacimientos, sino también a la construcción de plantas imprescindibles para la optimización de su producción, pero, sobre todo, a la mejora de los estándares ambientales, tema anteriormente descuidado, pero al cual felizmente ya se le viene brindando la atención que merece.