Para las otras dos grandes clasificadoras, Standard & Poor's y Fitch, la deuda peruana tiene una calificación superior a la de Moody's, pues es de BB+, estando por ello a un solo paso del grado de inversión, que se inicia con la calificación BBB-, tal como se resalta en azul en el siguiente cuadro de equivalencias de las metodologías de las tres principales clasificadoras (la calificación peruana se señala en rojo).
Como se sabe, en América Latina los únicos países con grado de inversión son, por orden de antigüedad en su obtención, Chile, México y Colombia, país este último que lo obtuvo hace escasas semanas.
Según Moody´s, resulta difícil que pueda mejorar nuevamente la calificación peruana en el transcurso del presente año. Además, ello dependerá de que continúe mejorando el indicador de deuda externa del país (deuda externa versus exportaciones) y de que siga reduciéndose la tasa de dolarización en el sistema bancario.
Ahora, las mayores esperanzas peruanas están cifradas en S & P y Fitch, que elogiaron el reciente acuerdo por el cual el país hará un pago adelantado al Club de París, como reflejo de su solvencia actual. Sin embargo, lo más probable es que el otorgamiento del ansiado grado de inversión no se haga antes del próximo año, pues ambas entidades han expresado reservas acerca de la debilidad de las instituciones, lo que seguramente las llevará a meditar más tiempo su evaluación.
De acceder al investment grade, el Perú dejaría de ser considerado un país especulativo o de alto riesgo para las inversiones, para pasar a ser considerado un país confiable, en el que se puede hacer negocios de largo plazo.