Los Indicadores de la Economía Peruana
La economía peruana luce muy sana. Sus principales indicadores registran niveles sumamente positivos.
Así, el producto bruto interno viene creciendo a una tasa promedio de 7%, la inflación se halla por debajo del 2% (un nivel propio de los países desarrollados), el nuevo sol sigue muy fuerte, apreciándose cada vez más frente al dólar, las reservas superan los US$ 21 mil millones, el resultado fiscal se halla en un virtual equilibrio, las exportaciones siguen creciendo (aunque a un ritmo más moderado que en el 2006), previéndose que superen este año los US$ 27 mil millones, y las inversiones se vienen incrementando, de la mano del decreciente nivel de riesgo país y de la expectativa por la inminente firma del TLC con EEUU y el acceso de nuestro país al anhelado grado de inversión.
Cabe señalar que el crecimiento económico, a diferencia de los años anteriores, en que dependía grandemente de las exportaciones, se está produciendo este año fundamentalmente gracias al impulso de la demanda interna, tanto del consumo (principal componente del PBI), como de la inversión, tanto pública (que este año registra un espectacular incremento), como privada (que mantiene su fuerte dinámica).
Además, la expansión productiva es generalizada, pues abarca a todos los sectores. Otro detalle importante de esta expansión es que, a diferencia de antaño, es sumamente descentralizada, pues es liderada por el fuerte dinamismo de diversas regiones, las cuales, por el impulso de sus exportaciones agrícolas o mineras, han podido mejorar sustancialmente sus ingresos, como lo demuestran el despegue de sus niveles de consumo, de su actividad constructora y de sus índices de empleo. Entre estas regiones se puede citar a Ica o La Libertad, así como las que albergan proyectos mineros, que se están viendo ampliamente favorecidas con los ingresos por concepto de canon y regalías.
Esperamos que estas cifras y desempeños se consoliden y fortalezcan en lo que resta del año.
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La economía peruana luce muy sana. Sus principales indicadores registran niveles sumamente positivos.
Así, el producto bruto interno viene creciendo a una tasa promedio de 7%, la inflación se halla por debajo del 2% (un nivel propio de los países desarrollados), el nuevo sol sigue muy fuerte, apreciándose cada vez más frente al dólar, las reservas superan los US$ 21 mil millones, el resultado fiscal se halla en un virtual equilibrio, las exportaciones siguen creciendo (aunque a un ritmo más moderado que en el 2006), previéndose que superen este año los US$ 27 mil millones, y las inversiones se vienen incrementando, de la mano del decreciente nivel de riesgo país y de la expectativa por la inminente firma del TLC con EEUU y el acceso de nuestro país al anhelado grado de inversión.
Cabe señalar que el crecimiento económico, a diferencia de los años anteriores, en que dependía grandemente de las exportaciones, se está produciendo este año fundamentalmente gracias al impulso de la demanda interna, tanto del consumo (principal componente del PBI), como de la inversión, tanto pública (que este año registra un espectacular incremento), como privada (que mantiene su fuerte dinámica).
Además, la expansión productiva es generalizada, pues abarca a todos los sectores. Otro detalle importante de esta expansión es que, a diferencia de antaño, es sumamente descentralizada, pues es liderada por el fuerte dinamismo de diversas regiones, las cuales, por el impulso de sus exportaciones agrícolas o mineras, han podido mejorar sustancialmente sus ingresos, como lo demuestran el despegue de sus niveles de consumo, de su actividad constructora y de sus índices de empleo. Entre estas regiones se puede citar a Ica o La Libertad, así como las que albergan proyectos mineros, que se están viendo ampliamente favorecidas con los ingresos por concepto de canon y regalías.
Esperamos que estas cifras y desempeños se consoliden y fortalezcan en lo que resta del año.
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