Esta semana estuve preguntando a varias personas en la ciudad de Huánuco, si conocían la Hacienda Shismay y la verdad son pocos los que la conocen a pesar de estar a escasos 17 Kilómetros de esta ciudad, incluso yo jamás había escuchado hablar de esta hacienda. Imagínense que tuve que recibir un e-mail desde Londres para enterarme de su existencia.
La Casa Hacienda fue construida por miembros de la colonia alemana en su migración al Pozuzo. Estos imigrantes llegaron al Perú en 1857 y se instalaron en la Hacienda Shismay. En esa época perteneciente a la familia Arrieta (desde septiembre de 1858 hasta el 2 Julio de 1859), tal como narra Monseñor Rubén Berroa en su obra “Monografía eclesiástica de la diócesis de Huánuco y Junin 1934”.
Esta propiedad pasó luego a manos de Don Mariano Ignacio Prado, presidente del Perú entre 1865-1868 y 1876-1979. A su fallecimiento en París en 1901, Antonio Ingunza fue el nuevo propietario.
Desde 1924, ésta perteneció a la familia Rolando Tello y posteriormente a Don Javier Rolando Tello. Este último construyó la carretera, conectando así la hacienda con la ciudad de Huánuco, instaló electricidad con lo que la transformó en una de las grandes haciendas ganaderas y de pan llevar del departamento.
El 8 de setiembre de 1979 por efecto de la Reforma Agraria, pasó a poder de las familias que trabajaban en la hacienda. Ellos nunca ocuparon la Casa Hacienda, pero le dieron mantenimiento por muchos años hasta que al acentuarse la crisis económica en el departamento se ven obligados a abandonarla.
Restauración
Shismay ha sido un lugar postergado y olvidado por más de 26 años. En abril de 2005 en asamblea extraordinaria los miembros de la comunidad “San Sebastián de Shismay” decidieron restaurar la “Casa Hacienda Shismay” para usarla con fines turísticos y con la ayuda filantrópica y desinteresa de los hijos del que fué Don Javier Rolando Tello y Doña Delsa Ramírez de Rolando comenzaron la restauración en mayo y hoy es una realidad.
La casona nunca fue habitada por las familias que recibieron las tierras, gran parte del tejado se cayó, pero sus macizas paredes de piedra de 1.20 metros de ancho se mantuvieron en pie.
Se cambiaron los techos (12,000 tejas), pisos (800 metros cuadrados de lajas), y en la actualidad solo queda por terminar la restauración de un hermoso altar colonial, que esta declarado “Patrimonio Nacional”.
La obra de restauración ha sido un trabajo de titanes, según nos informa la Dra. Nancy Rolando, sobre todo la restauración de los jardines con sus 12 contrafuertes de piedra que sostienen la estructura de la casa, dónde trabajaron un promedio de 25 personas, durante varios meses.
Los materiales que usaron para la reconstrucción de la casa fueron los mismos utilizados hace 150 años cuando se construyo.
“Durante la reconstrucción nos hemos enterado de todas las penurias que esas familias habían pasado, desde el momento que recibieron la tierra y la ganadería de 400 cabezas. Ellos pasaron hambruna”, señaló la Dr. Nancy Rolando que actualmente radica en Londres.
Seis jefes de familias se suicidaron ante la desesperación de no tener un pan para dar de comer a sus hijos, “hubo momentos en que no teníamos ni una semilla que sembrar”, comentan los campesinos de la Comunidad de Shismay. Muchos de ellos aún recuerdan a “Don Javier Rolando” el último hacendado, de quién dicen fué como un padre para ellos, pues “jamás supimos lo que era la necesidad”. Todos conservan aún como el tesoro más preciado, su carné del Seguro Social del Obrero.
Cuando recibieron la paga de las dos primeras semanas de trabajo en el proyecto, lagrimas corrían por sus rostros, pues no recordaban cuándo había sido la última vez que tuvieron 210 nuevos soles en sus manos.
Aparte de la reconstrucción de la casa y de los jardines, que es el principal atractivo, se ha construido una pequeña posada “Las Lagunas de Shismay” para albergar hasta 14 personas. Esta posada cuenta con cuatro dormitorios de primera, decoradas al estilo local y con chimenea y baño propio, los dormitorios curiosamente llevan cada cual, el nombre de una de las lagunas de Shismay (Mancapozo Jatumpozo Parguincho y Yanapozo).
La belleza del paisaje de su zona quechua con sus distintos tonos de verde y la de su puna con su belleza agreste no podría ser un mejor lugar para el turismo de aventura.
Los fondos que generen la visita de la casa, los jardines y la posada serán dedicados a aliviar la extrema pobreza de la comunidad, y en especial para implementar el colegio de primaria que tiene 120 niños. “Se ha conseguido mucho en poco tiempo, pero hay un camino largo que recorrer” nos comenta la Dra. Rolando.
Lo importante es que los miembros de la comunidad de Shismay se han comprometido a seguir luchando para que este programa de turismo germine, crezca y de sus frutos. Y están ávidos de capacitación en todas las áreas del turismo.
La Casa Hacienda ha recuperado su grandeza, señorío e identidad y la comunidad de “San Sebastián de Shismay” compuesta por gente honesta y de trabajo los esperan para darles la bienvenida y hacer de su visita una experiencia memorable.